La Historia Viva de Ya’ku

Una Historia Viva

La fermentación está viva. Cambia, crece y se transforma con el tiempo. Y así lo ha hecho Ya’ku.

Lo que comenzó como un experimento para nutrir la salud y proteger el lago que amamos ha evolucionado en una comunidad, una marca en fermentación y una misión más profunda: llevar probióticos a más personas, siempre de forma consciente, y desde sus inicios enraizada en la ciencia y la naturaleza

Y hoy, estamos en “modo rebranding”… ¡que momento para recordar nuestra historia!

En un tiempo donde la contaminación, la crisis y la incertidumbre parecen crecer cada día, nuestra nueva identidad no es solo un cambio de imagen: es una forma de reafirmar que seguimos aquí, cuidando de la vida, de la salud y de la comunidad.


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Los Orígenes – Agua como raíz: Cómo Nació Ya’ku

La primera semilla de lo que hoy es Ya’ku no brotó en un laboratorio, sino en el Lago de Atitlán.

Ahí crecí, rodeada de su belleza y también de una creciente preocupación por su salud. A los 18, me metí a varios voluntariados en temas ambientales, reforestación, calidad de agua… pero aún no tenía claro cómo aportar de verdad a la conservación de este ecosistema.

Fue un curso de permacultura y trabajar en un vivero que me mostraron algo clave: nuestros sistemas alimentarios y nuestros ecosistemas están completamente entrelazados – ¡la agricultura y los alimentos eran la clave! Aun así, la pregunta me siguió acompañando hasta que llegué a la Universidad EARTH en Costa Rica, mi alma mater.

Allí descubrí el procesamiento de alimentos como herramienta creativa para el cambio y a la vez el poder de los microorganismos, tanto en el suelo y las plantas como en nuestro cuerpo y los sistemas digestivos de otros animales. Con mis compañeros transformamos frutas “de descarte” en snacks, aprendimos a hacer cerveza y vino, experimentamos con bebidas naturales y fermentadas a base de cacao, aloe y kefir de agua y hasta experimentamos con empaques de micelio de hongo.

Fue un laboratorio vivo donde entendí que la ciencia y la innovación podían sanar tanto al planeta como a nuestro cuerpo. Agradezco demasiado esta experiencia.

Poco a poco, la fermentación se volvió mi lenguaje. Empecé con los gránulos de kéfir que me regaló mi mamá, un SCOBY (el cultivo de bacterias y levaduras que se usa para hacer la kombucha) que viajó conmigo y muchos intentos fallidos en la cocina. 

Con el tiempo, entendí que los microorganismos no solo transforman alimentos: también nos ayudan a cuidar la salud, revisar nuestros hábitos y reconectar con lo esencial.  

Esa visión fue madurando a lo largo de casi cinco años de trabajo con EARTH Futures, donde tuve el honor de trabajar con agricultores y líderes comunitarios alrededor del lago en busca de formas más sostenibles de producción y procesamiento de productos agrícolas.

Y así, casi sin darme cuenta, fue tomando forma lo que hoy es Ya’ku también.

Y el nombre refleja este origen y cariño que le tenemos al Lago Atitlán y a toda el agua que nos sostiene: “Ya’ku” significa agua en Quechua, y “Ya” también significa agua en Kaqchikel. 

El agua es vida, renovación y conexión—y eso es lo que queremos que cada botella lleve consigo.


Por Qué un Rebranding – Evolución como la fermentación

Al igual que los fermentos vivos, Ya’ku ha pasado por distintas fases.

La primera versión nació en Ecuador durante la pandemia (Mayo 2020). Mi socio y gran amigo, Victor, y yo embotellábamos kombucha en botellas recicladas de vino y cerveza, lavadas con agua de lluvia en una pequeña cocina familiar. Producíamos apenas unos litros, repartíamos en bicicleta y hasta enseñábamos a los niños de la casa a comer SCOBYs. No era lo más rentable aún, pero estaba viva—daba salud, alegría y conexión en un tiempo de incertidumbre.

Fue ahí que le dimos el nombre Ya’ku, uniendo la palabra “agua” en Quechua (Yaku) y en Kaqchikel (Ya’)—conectando Ecuador y Guatemala, ciencia y cultura.

Cuando regresé a Guatemala a finales de 2020, mi hermana del alma y gran amiga Megan se unió para darle vida a Ya’ku aquí. Así comenzaron nuestros primeros pasos elaborando kombucha en Guatemala, desde la cocina de mi mamá, luego pasamos a un espacio compartido y, para finales de 2021, ya logramos invertir en armar la primera versión de nuestra propia cocina.

En el camino, Isabel llegó al equipo y se volvió nuestra mano derecha en el cuidado de los SCOBYs y gránulos de kefir y pronto después se sumó Patricia—juntas aportaron energía, creatividad y una positividad contagiosa que ayudó a dar forma al espíritu de Ya’ku. Hasta hoy siguen siendo el corazón del equipo de producción.

Con el tiempo, los caminos de Megan tomaron otro rumbo, y desde 2024 continué guiando Ya’ku hacia un nuevo capítulo, siempre agradecida por lo que construimos juntas.

Y el rebranding no se trató solo de un nuevo logo o colores, se trató de entretejer las muchas voces, manos y visiones que han formado parte de Ya’ku.

Durante el último año, trabajamos con artistas, diseñadores, amigos, familia y mentores que aportaron ideas, energía y retroalimentación. Amigos fotógrafos nos compartieron la esencia de la naturaleza para nuestras etiquetas, amigas creativas guiaron la identidad visual, y aliados de confianza ayudaron a afinar cada detalle.

Así que cuando vean las yakus renovadas, no estás viendo únicamente un diseño.

Es nuestra manera de acercarnos más a la comunidad que rodea este proyecto, de compartir con más gente nuestros conocimientos y estos productos tan beneficiosos que hacemos con mucha rigurosidad y pasión.

Los Probióticos – Más que una bebida

Entonces, “¿por qué las bebidas fermentadas?” y “¿por qué kombucha, kefir de agua?” La gente nos pregunta seguido.

Los gránulos de kéfir (que usamos para hacer el kefir de agua) fueron un regalo de mi mamá cuando recién empezábamos, y el SCOBY que dio inicio a nuestra kombucha, viajó conmigo—primero desde Costa Rica, luego a Ecuador y finalmente de vuelta a casa, al lago querido. Estas culturas vivas se volvieron parte de nuestra historia, compañeras de camino y colaboradoras.

Tenía todo el sentido: los probióticos naturales son una forma simple de cuidarte y prevenir enfermedades. Son bebidas milenarias además, un legado, que ahora con toda la investigación que se ha hecho, se han comprobado muchos beneficios para nuestra microbiota y salud en general. Y mientras más aprendía sobre los beneficios, más me enamoraba de lo que podían hacer.

En Guatemala, donde los sistemas de salud son frágiles y el estrés diario nos pasa factura, las Yakus son pequeñas aliadas de resiliencia: ayudan a mantener la digestión en equilibrio, a fortalecer defensas y a sostener nuestra energía natural. No son moda ni lujo, y recordemos que no son medicina tampoco, pero si son una herramienta para cuidar el cuerpo y la mente de forma simple y consciente.

Esta elección se convirtió en nuestros valores como proyecto, como empresa: creemos en la transformación colectiva, en la ciencia aplicada con alma y consciencia, en el cuidado artesanal y el respeto profundo por la naturaleza. Apostamos por la salud preventiva y consciente, por la colaboración en comunidad, por el equilibrio integral y por una espiritualidad que se vive en lo cotidiano.

Cuando nos mandan mensajes o escucho historias de nuestros clientes, me llena de orgullo y emoción al ver que los beneficios si los sienten: mejor digestión, más energía natural, menos resfríos (o más leves) y, en general, una sensación de estar más ligeras y vivas.

Y claro, hay un momento para todo, a mi también se me antoja a veces una cervecita, una coca, un café, un sueropero encontré en las bebidas fermentadas una combinación mucho más sana y con mejores beneficios. Se puede tener energía, hidratación, disfrute y relax tomándose también una bebida fermentada natural como la kombucha o el kéfir de agua artesanal.


Mirando al Futuro – Una invitación abierta

Hoy, Ya’ku ha crecido bastante y ahora es más que botellas de kombucha. – Ya en Diciembre cumplimos 5 años de estar fermentando.

Estamos construyendo talleres y colaboraciones que unen ciencia, arte y expresión. Estamos experimentando con nuevos fermentos y productos, explorando sabores nuevos y medicinales. Y estamos creciendo con responsabilidad, siempre con el corazón enraizado en la comunidad y la naturaleza.

Sabemos que las Yakus no van a cambiar el mundo por si solas, pero sí creemos que cada elección cuenta y construye nuevos caminos. Elegir una bebida viva y regenerativa es optar por un futuro distinto: por apoyar la economía local, reducir residuos, y mantenernos fuertes y conectados en medio de la incertidumbre.

En todo este camino, sostenemos el sueño de que una pequeña cultura viva—ya sea un SCOBY o una comunidad—puede inspirar un cambio mucho más grande.


Lo bueno se comparte.

Si esta historia te hizo sonreír, te dio curiosidad o te dieron ganas de probar algo nuevo…te invitamos a ser parte de esta comunidad de fermentación consciente en Guatemala. A escribirnos con tus reflexiones, tus cuestionamientos, tus ideas…

En Ya’ku creemos que una kombucha artesanal bien fría, un kéfir de agua natural y una buena conversación pueden transformar el día.

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Ya’ku – agua que da vida, tu alternativa viva.

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